A festa principal da parroquia é o día 24 de xuño, con motivo da natividade do santo precursor. Un día de festa que ven precedida por nove de novena e misa. Cada tarde, o pobo xúntase para reler e rezar a vella novena ó bautista, cun texto datado en 1889, inda que sabemos que existen versións idénticas anteriores.
Con motivo do martirio non se aplica esta práctica e só se celebra a misa, que foi especialmente adornada gracias ó coro de Louredo que, inda que reducido en número, soubo levarnos canto a canto, ata o calmado himno ó santo, tras da bendición final da eucaristía. Un canto, por certo, que na pasada festa do nacemento do santo, o sr bispo escoitou por primeira vez, xa que foi el o presidente da eucaristía daquela.
Na súa reflexión, o sacerdote don Julio, comentounos: Temos a ilusión e o entusiasmo. Quedémonos con que a ilusión é alegría e esperanza. O entusiasmo vai máis alá que a ilusión, xa que sería a influencia de Deus nun mesmo, a chispa divina que nos move interiormente e que nos impulsa a saír de nós mesmos para transformar o mundo en que vivimos Ese mundo que é a comunidade e, sobre todo a familia. As cousas da familia temos que levalas con moito entusiasmo. Hoxe, nesta memoria do martirio de san Xoán bautista, seguimos fortalecendo a fe. Tocaron as campás, viñeron á Misa e veñen con ilusión e entusiasmo. Pedímoslle ó santo que fortaleza a nosa fe e que saibamos vivila con ilusión e entusiasmo. Con san Xoán, que foi o último profeta e o primeiro mártir (sintetizando a prédica).
Complementando...
1. Parte do himno a san Xoán, propio de Louredo
- Clic aquí -
2. Fotos do día
3. Entrecollido dos tres últimos papas sobre o martirio de san Xoán
- Benedicto XVI: "Este último miércoles del mes de agosto se celebra la memoria litúrgica del martirio de san Juan Bautista, el precursor de Jesús. En el Calendario romano es el único santo de quien se celebra tanto el nacimiento, el 24 de junio, como la muerte que tuvo lugar a través del martirio. La memoria de hoy se remonta a la dedicación de una cripta de Sebaste, en Samaría, donde, ya a mediados del siglo IV, se veneraba su cabeza. Su culto se extendió después a Jerusalén, a las Iglesias de Oriente y a Roma, con el título de Decapitación de san Juan Bautista. En el Martirologio romano se hace referencia a un segundo hallazgo de la preciosa reliquia, transportada, para la ocasión, a la iglesia de San Silvestre en Campo Marzio, en Roma."
- Francisco: "San Juan dejó que su vida fuera disminuyendo para dejar espacio al
Mesías. El más grande terminó así. Pero Juan sabía que debía
empequeñecerse: "Es necesario que Él crezca y que yo disminuya", dijo
(Jn 3, 30). Juan mostró a Jesús a los primeros discípulos, señalándolo
como la Luz del mundo, y luego se desvaneció lentamente en la oscuridad
de una celda en la prisión. Donó su vida disminuyendo hasta la muerte.
La vida sólo tiene valor al donarla en el amor, en la verdad, al
donarla a los demás en lo cotidiano, en la familia. Hay que donarla
siempre. Si alguien toma su vida para sí, para conservarla como el rey
en su corrupción, la reina en su odio o la joven en su vanidad, la vida
muere, se marchita, no sirve."
- León XIV: "Su figura puede ayudarnos mucho a reflexionar sobre la misión de los evangelizadores en la actualidad en la Iglesia y en el mundo. En el Prólogo del evangelio de san Juan se afirma que «la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1,14), y después se indica que Juan, el Bautista, da testimonio de ello (cf. v. 15). Si releemos con atención los primeros capítulos del cuarto evangelio podemos descubrir cuál es la clave de toda escuela de evangelización: dar testimonio de aquello que se ha contemplado, del encuentro que se ha tenido con el Dios de la vida. Así también nos lo dice el evangelista en su primera carta: «Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn 1,3). Esta es la misión de la Iglesia, esta es la misión de todo cristiano."
Comentarios
Publicar un comentario