Es costumbre que desde Louredo bajemos a san Benito do Rabiño, parroquia que fue nuestra matriz hasta mediados del pasado siglo. Aunque el actual nombramiento del párroco de Arnoya como también de Louredo viene a romper la tradición, y esperemos que sea una decisión transitoria, no por ello dejamos de lado los inveterados lazos de unión con la parroquia vecina y sus gentes.
El formulario diario es largo y viene a llenar sus buenos diez minutos de rezo y canto. Quede aquí constancia del correspondiente a este último día de novena, en vísperas ya de su fiesta "do inverno". Curiosa denominación, esta de "san Benito do inverno", del invierno, cuando resulta caer en el primer día de primavera. Dan mal tiempo, con viento y lluvia, pero seguramente me acercaré con los mayores cara media mañana. ¿Escucharemos pronto los primeros sones del escurridizo cuco?
Las siguientes líneas son una transcripción que realicé el año pasado a partir del escaneo que Miguel Blanes hizo a un viejo libro de la novena. Y con ella, algunas imágenes, sacadas de tal librito.
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NOVENA AL GLORIOSO PATRIARCA SAN BENITO
Advertencia. Si la novena es pública, se adornará e iluminará lo mejor posible el altar o sitio donde se exponga la imagen del Santo. Si se tuviere privadamente, procúrese tener algún cuadro a lo menos, empezando así: "Por la señal, etc.".
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero; Criador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma de haberos ofendido, y de haber correspondido con tanta ingratitud a vuestros beneficios. Y así propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, ayudado de vuestra divina gracia; valiéndome también del gran favor, que con vuestra divina Majestad goza vuestro fidelísimo siervo y protector mío San Benito, a quien después de Vos, pretendo orar en esta novena. Amén.
Oración, para todos los días
Señor Jesucristo, que a mi abogado San Benito, diste poder de alcanzar de vuestra Majestad lo que quisiese suplícoos que por su santa intercesión merezca yo conseguir mi salvación, y lo que deseo y pido en esta novena si me conviene; y juntamente que todos alaben tu santo nombre. Amén.
Día 9.° -- CONSIDERACIÓN
DE LA GLORIA
Lo ha dicho el Apóstol, y es por consiguiente verdad de fe: "que el hombre en esta vida, no puede comprender la gloria que aguarda en el cielo, a los que se han de salvar". Todos tendrán igual gloria pero no en el mismo grado; por lo cual dice el Salvador: "que en la casa de su Padre hay muchas moradas". ¿Y no podremos conjeturar de algún modo, el grado de gloria de los santos? Sí, cristiano; las virtudes practicadas por los siervos de Dios en esta vida, los servicios que le han hecho y los extraordinarios favores con que el mismo Dios los ha distinguido, pueden darnos alguna idea de la gloria con que los premia en el cielo. Has contemplado, oh cristiano, durante esta novena, algunas de las innúmeras virtudes, que en grado heroico adornaban el alma de Benito durante su mortal carrera. Hemos hecho como el que paseando por hermoso vergel de variadas y vistosas flores, escoge algunas para contemplarlas más de cerca y aspirar la suave fragancia. Los servicios prestados por este Santo a la causa de Dios y de la humanidad, son de tal magnitud, que el nombre de Benito y de su Orden van por espacio de siglos, íntimamente unidos a la Iglesia y a la sociedad. A estas virtudes y servicios tenían que responder los dones muy señalados de nuestro fidelísimo Dios. Por tanto ¿cuántos y qué milagros no obró nuestro Santo?
¿Cuántas veces no penetró en lo más oculto del corazón humano, y leyó en lo futuro como en un libro? ¿Con qué frecuencia no hizo morder el polvo al mismo príncipe infernal? Quiso Dios, además, darnos una última y significada señal de la gloria de Benito en el paraíso. Cuando aquí en la tierra se prepara a algún personaje un magnífico triunfo con el cual sea recibido en la capital de un gran monarca, indicio es seguro de la excelencia de semejante persona. Pues mira, cristiano, lo que San Gregorio dice a este propósito de San Benito: "En el punto en que el varón de Dios expiró, dos de sus religiosos, uno allí presente y el otro muy distante, vieron un camino triunfal, riquísimamente alfombrado, e iluminado con profusión; el cual partiendo del sitio en que expiró, terminaba en lo alto del cielo. Allí estaba un anciano de venerable aspecto que les preguntó ¿para quién era aquel camino? Y habiendo respondido que lo ignoraban, les dijo: “Este es el camino por el cual el amado del Señor, Benito, sube a la gloria".
Práctica. — Da gracias a Dios por la corona de gloria con que ciñe la frente de tu protector y abogado. Ayúdate de su poderosa intercesión, para que viviendo cristianamente le veas y te alegres con él en el cielo.
Ejemplo. ---- San Benito en la gloria
Como acaba de verse, muy gloriosa fue la partida del alma de San Benito de este mundo; y por lo que apuntado queda en la misma Consideración, cada cual podrá conjeturar la magnitud de su gloria en la mansión de los bienaventurados. San Pedro Damiano, Doctor de la Iglesia, que florecía en el onceno siglo, e ilustraba el catolicismo y la Orden benedictina, con el esplendor de su santidad y ciencia, se representaba al Santo en la gloria y ante el trono de Jesucristo, supremo Emperador del Universo, como uno de sus principales caudillos, acompañado de numerosos y esforzados guerreros, los santos que él formó con su santa Regla. Allí, dice, está Benito asistiendo en el tribunal de Jesucristo Juez, como amigo del que pronuncia sentencias inapelables. La amada de Dios Santa Gertrudis, hija regalada del deífico Corazón de Jesús y confidenta de sus divinos arcanos; prez y honra también de la Orden benedictina, vio, dice ella misma en sus revelaciones, a su santo Padre en el cielo, a manera de un rosal florido. Porque de las junturas de sus sagrados miembros, vio que brotaban bellísimas rosas de diversos colores, que representaban las varias e innúmeras virtudes que había practicado durante su inocente y penitente vida; siendo ocasión de que tantas almas las practicaran también a ejemplo suyo. La vista de este florido Santo alegraba de un modo especial, no solo a los bienaventurados de la corte celestial, sino también a la beatísima Trinidad, fuente perenne de toda felicidad y gloria.
Medítese un poco, pidiendo al Señor por intercesión de San Benito, lo que cada cual desee conseguir en la novena. Récense luego tres Padrenuestros, tres Ave Marías y un. Gloria Patri, en reverencia del singular favor que hizo Dios a San Benito de que muriese en pie y orando.
ORACIÓN
Glorioso padre San Benito, que por haber sido fiel imitador de mi Señor Jesucristo y muy fino amante de su Madre, merecisteis ser tan amado de Dios; y que vuestra memoria conservándose a través de los siglos, permanezca aún regalada y amable entre los hombres. Por tan eximias gracias y por aquel favor que el cielo os concedió de que murieseis en pie y orando, suplícoos Padre mío amantísimo, que me alcancéis un verdadero arrepentimiento de mis pecados; aborrecimiento a los vicios, y amor de las virtudes cristianas. Y ya que en vida, siempre vencisteis al demonio, defendedme ahora de sus emboscadas y alcanzadme el que muera en la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, a quien alabe en vuestra compañía, por los siglos de tos siglos. Amén.
Deprecación que se ha de decir todos los días, a coro con el pueblo
Yo os saludo oh Benito, fiel discípulo de Cristo; yo os saludo, doctor y predicador de la verdad; yo os saludo, Abad de Abades, padre y pastor de la grey escogido de los monjes, amparo de la Iglesia y de todo el pueblo cristiano. Tuyo quiero ser, para que con tu ayuda, sea de Jesús mi Criador y amante Redentor. No permitas que yo sea excluido de tu patrocinio. Ampara a la Sede apostólica; defiende de sus enemigos visibles e invisibles a nuestra España, y a todos tus devotos que a tus pies están postrados. Pide a Dios por todos, para que nos gocemos de tu protección en esta vida, y de tu gloriosa compañía en la otra.
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