Fragmentos de la Regla de san Benito, siguiendo su novena del Rabiño (1)

Recientemente, he podido retomar con calma la lectura del texto completo de la novena a san Benito do Rabiño, parroquia que desde 2013 pertenece al arciprestazgo de Ribadavia y que se encuentra en un alto del terreno, cercana a Cortegada, Ourense. Los textos leídos y repasados son de un viejo librito, correspondiente a la segunda edición del mismo y cuyas páginas van guiando a los fieles del Rabiño durante nueve días. Hasta donde sé, hace años que no se vende tal publicación, pero sí es deseada por muchos. No es conocido en su totalidad, ya que el rezo de la novena se centra en una parte, pero olvida la final, dedicada a oraciones al santo abad los días martes de la semana y 21 del mes.

Pues bien, tras un primer acercamiento con calma, me puse a trascribirla, ayudado en estas lides por el buen Miguel Blanes, que escaneó con calma el librito y me preparó una edición en papel. De tal escaneo salió una copia para Juan Manuel Vázquez, músico que desentrañó una vieja foto de la partitura del himno a san Benito y la pasó a formatos más claros y actuales. A ambos, GRACIÑAS.

Pensando cómo podría yo dar a conocer algo de la novena, tras varias ideas, me animé a algo que sobrepasa el texto, pero lo aprovecha y va a ser tomar el nombre de cada oración propia de la novena, buscar la palabra clave en el texto de la Regla de san Benito y ver de compartir lo que halle. ¿Cómo presentarlo? Diciendo que vamos a conocer parte del libro que las imágenes de san Benito suelen portar en la mano. No hay que ver más que dos de las tres que siempre están ante la mirada de cualquiera que visite su templo en O Rabiño.

 

He aquí la primera, sita en el retablo central de la iglesia, con gesto adusto, con la mirada hacia abajo, en actitud de leer el libro o predicarlo a quien le escuche, poniéndose a sus pies.

Como es habitual en otras representaciones, viste el hábito negro, lleva el susodicho libro de la Regla en una mano, mientras en la otra sostiene un báculo y un cuervo agarra con el pico un buen trozo de pan. Remata la imagen una pequeña mitra, a la misma altura que el cuervo, ambos al pie del santo.
 

 Veámosle ahora desde un poco más lejos, dentro de la iglesia, pero desde la altura de una de las puertas laterales. En primer plano, con la imagen procesional del santo abad, listo para la novena y fiesta "do inverno" (del invierno) de este mismo 2024.

La segunda imagen que selecciono puede verse sin necesidad de entrar, pues está sobre la puerta mayor de la iglesia, en una preciosa perspectiva sobre las tierras colindantes. Porta también el libro de la Regla, aunque solo lo sostiene abierto, sin dirigir su atención a él. 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para este primer experimento de búsqueda y complementación, acudo a la versión de la Regla (RB) en castellano que nos brinda la abadía de Saint-Pierre de Solesmes, Francia, que puedes LEER AQUÍ. Parte de la novena y otros textos e imágenes relacionados ya los puedes consultar en mi ÁLBUM de Fb. Las imágenes de la novena serán del libro escaneado por Miguel Blanes, conservado hoy en O Outeiro, Louredo.

I. Desprecio del mundo

RB (Regla Benedictina):

C. I: 6 La tercera, es una pésima clase de monjes: la de los sarabaítas. Éstos no han sido probados como oro en el crisol por regla alguna en el magisterio de la experiencia, sino que, blandos como plomo, 7 guardan en sus obras fidelidad al mundo, y mienten a Dios con su tonsura. 8 Viven de dos en dos o de tres en tres, o también solos, sin pastor, reunidos, no en los apriscos del Señor sino en los suyos propios. Su ley es la satisfacción de sus gustos: 9 llaman santo a lo que se les ocurre o eligen, y consideran ilícito lo que no les gusta.

C. IV, 20: Hacerse extraño al proceder del mundo.

 

II. La pobreza


RB:

C. XLVIII: 7 Si las condiciones del lugar o la pobreza les obligan a recoger la cosecha por sí mismos, no se entristezcan, 8 porque entonces son verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos, como nuestros Padres y los Apóstoles. 9 Sin embargo, dispóngase todo con mesura, por deferencia para con los débiles. 

C. LIII: 15 Al recibir a pobres y peregrinos se tendrá el máximo de cuidado y solicitud, porque en ellos se recibe especialmente a Cristo, pues cuando se recibe a ricos, el mismo temor que inspiran, induce a respetarlos.


III. Castidad

RB:

C. IV: 64 amar la castidad

C. LXIV: 9 Debe ser docto en la ley divina, para que sepa y tenga de dónde sacar cosas nuevas y viejas; sea casto, sobrio, misericordioso, 10 y siempre prefiera la misericordia a la justicia, para que él alcance lo mismo. 11 Odie los vicios, pero ame a los hermanos. 12 Aun al corregir, obre con prudencia y no se exceda, no sea que por raspar demasiado la herrumbre se quiebre el recipiente; 13 tenga siempre presente su debilidad, y recuerde que no hay que quebrar la caña hendida (cf. Mt 12,20). 14 No decimos con esto que deje crecer los vicios, sino que debe cortarlos con prudencia y caridad, según vea que conviene a cada uno, como ya dijimos. 15 Y trate de ser más amado que temido.

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