San Benito do inverno 2024 V

A partir de hoy, como primer texto, os comparto las Prácticas de cada día. Para hacernos una idea, la Consideración es una meditación sobre un punto de la espiritualidad cristiana (el primero es el desprecio del mundo, luego viene la pobreza, la castidad, la obediencia,...); la Práctica es una indicación para llevar a la vida propia lo antes considerado; y el Ejemplo es un fragmento de la vida de san Benito, sacado del Libro II de los Diálogos de san Gregorio.

Práctica

Con el ejemplo de tu Abogado, anímate, tú, reo tal vez de muchos y enormes pecados. Que tu corazón lata hasta el último aliento a impulsos de humildes afectos de penitencia. Mortifica también tu cuerpo, guiándote en esto, por la cristiana prudencia; y no dejes de aceptar en espíritu de penitencia todo lo adverso que pueda acaecerte, en las diversas circunstancias de tu vida.


SANCTORUM ALTRIX. En el XV centenario del nacimiento de san Benito 11/7/1980 CARTA APOSTÓLICA DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II en el XV centenario del nacimiento de san Benito

Nuestra intención es hoy la de llamar vuestra atención sobre tres características fundamentales de la vida benedictina; a saber: la oración, el trabajo y el ejercicio paterno de la autoridad. Nos conviene considerar esos tres elementos en un más amplio marco teológico y humano -en cuanto surgen de la vida y del magisterio de Benito, y principalmente de su regla-, para poderlos comprender más profundamente.

La regla benedictina, según palabras de su propio santo autor, quiere ser "una regla mínima para principiantes", pero en realidad es un compendio muy rico del Evangelio, traducido en un género de vida no común. En efecto, teniendo ante los ojos al hombre y su suerte asociada a la redención, esa regla propone algunos principios de doctrina, pero especialmente una forma de vida. Y aunque tal método de vida se proponga a los monjes -y, por añadidura, a monjes del siglo VI-, sin embargo, contiene e irradia enseñanzas que afectan a nuestro tiempo y ayudan a cuantos nacieron en el bautismo y crecieron en la fe; a cuantos, "por inercia de la desobediencia se alejaron de Dios y ahora, con la obediencia, no siempre fácil de la fe, se esfuerzan por volver a Él".

La vida benedictina aparece en la Iglesia sobre todo como una ardentísima búsqueda de Dios, con la cual, en cierto modo es necesario que esté marcado el curso de la vida de todo cristiano, que tiende hacia las "más altas cimas de doctrina y de virtud", hasta que llegue a la patria celestial. San Benito recorre y observa ese camino con ánimo solícito y conmovido, mostrando los no pocos impedimentos que lo hacen arduo, así como los peligros que parecen cerrarlo y hacer inútiles todos los esfuerzos; porque el hombre es esclavo de inmoderadas codicias, con las cuales a veces se hincha de vana presunción y a veces se atemoriza con una zozobra que agota sus fuerzas.

 

RECORTE DE PRENSA

El Miño  diario liberal Año VIII Número 1985 - 1905 julio 8

 

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