San Benito do inverno 2024 I

De la NOVENA AL GLORIOSO PATRIARCA SAN BENITO

Por la señal de la santa cruz…

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero; Criador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma de haberos ofendido, y de haber correspondido con tanta ingratitud a vuestros beneficios. Y así propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, ayudado de vuestra divina gracia; valiéndome también del gran favor, que con vuestra divina Majestad goza vuestro fidelísimo siervo y protector mío San Benito, a quien después de Vos, pretendo orar en esta novena. Amén.

Oración para todos los días

Señor Jesucristo, que a mi abogado San Benito, diste poder de alcanzar de vuestra Majestad lo que quisiese suplícoos que por su santa intercesión merezca yo conseguir mi salvación, y lo que deseo y pido en esta novena si me conviene; y juntamente que todos alaben tu santo nombre. Amén.

 

 De BENEDICTO XVI, AUDIENCIA GENERAL, Miércoles 9 de abril de 2008

Comienzo citando una frase de san Gregorio Magno que, refiriéndose a san Benito, dice: «Este hombre de Dios, que brilló sobre esta tierra con tantos milagros, no resplandeció menos por la elocuencia con la que supo exponer su doctrina» (Dial. II, 36). El gran Papa escribió estas palabras en el año 592; el santo monje había muerto cincuenta años antes y todavía seguía vivo en la memoria de la gente y sobre todo en la floreciente Orden religiosa que fundó. 

San Benito de Nursia, con su vida y su obra, ejerció una influencia fundamental en el desarrollo de la civilización y de la cultura europea. La fuente más importante sobre su vida es el segundo libro de los Diálogos de san Gregorio Magno. No es una biografía en el sentido clásico. Según las ideas de su época, san Gregorio quiso ilustrar mediante el ejemplo de un hombre concreto —precisamente san Benito— la ascensión a las cumbres de la contemplación, que puede realizar quien se abandona en manos de Dios. Por tanto, nos presenta un modelo de vida humana como ascensión hacia la cumbre de la perfección. 

Esta perspectiva del «biógrafo» se explica también a la luz del contexto general de su tiempo: entre los siglos V y VI, el mundo sufría una tremenda crisis de valores y de instituciones, provocada por el derrumbamiento del Imperio Romano, por la invasión de los nuevos pueblos y por la decadencia de las costumbres. Al presentar a san Benito como «astro luminoso», san Gregorio quería indicar en esta tremenda situación, precisamente aquí, en esta ciudad de Roma, el camino de salida de la «noche oscura de la historia» (cf. Juan Pablo II, Discurso en la abadía de Montecassino, 18 de mayo de 1979).

De hecho, la obra del santo, y en especial su Regla, fueron una auténtica levadura espiritual, que cambió, con el paso de los siglos, mucho más allá de los confines de su patria y de su época, el rostro de Europa, suscitando tras la caída de la unidad política creada por el Imperio Romano una nueva unidad espiritual y cultural, la de la fe cristiana compartida por los pueblos del continente. De este modo nació la realidad que llamamos «Europa».

RECORTE DE PRENSA 

Donde conocemos la noticia de un predicador franciscano en la fiesta de san Benito "del verano", de 1930.

Galicia : diario de la mañana: Ano I Número 23 - 1930 xullo 12


 

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