Novena san Juan de Louredo 2021 (7)
En el Nombre del Padre...
Oración inicial para todos los días
Gloriosísimo san Juan bautista, precursor de mi Señor Jesucristo,
lucero hermoso del mejor Sol, trompeta del Cielo, voz del Verbo eterno,
pues sois el mayor de los santos y alférez del Rey de la Gloria, más
hijo de la gracia que de la naturaleza, y por todas razones príncipe
poderosísimo en el Cielo, alcanzadme el favor que os pido en esta novena
si fuere conveniente para mi salvación y, si no, una perfecta
resignación, con una abundante gracia que, haciéndome amigo de Dios, me
asegure las felicidades eternas de la Gloria. Amén.
Oración propia del día
Gloriosísimo Juan bautista sagrado que, lavando a todos en el Jordán,
merecisteis que el mismo Jesucristo se dejara lavar de vos y que,
volviéndoos la vez este Señor, os bautizase no solo con agua, como vos
lo hacíais, sino con agua y Espíritu Santo, instituyendo allí el santo
bautismo, que es la puerta por donde todos entramos a la Gracia. Y
también predicasteis la penitencia, que borra las culpas cometidas
después del bautismo, más con vuestro perpetuo ayuno y mortificación que
con las voces, por cuyos motivos os apellida el Crisólogo vocación de
gentes y perdón de los pecados. Suplícoos, santo mío, que por estas
excelencias grandes me alcancéis las virtudes de la mortificación y la
templanza con que enfrene mis apetitos y pasiones, y logre el perdón de
todas mis culpas y la felicidad eterna de la Gloria, como también el
favor que os pido en esta novena, si me conviene. Amén.
Hacemos nuestras peticiones
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Santísimo y humildísimo señor san Juan bautista, que siendo tanta
vuestra santidad que ocupáis un lugar muy distinguido en la Gloria, y
siendo tan grande que, como dice san Agustín: quien es mayor que vos no
es hombre solo, sino Dios también, con todo eso dijisteis que no os
convenía otra cosa que apocaros y disminuiros, y que siendo reputado por
Mesías y Salvador del mundo negasteis, por vuestra humildad, aún el ser
profeta, siendo más que profeta. Haced, santo mío, que yo conozca mi
bajeza y que me humille con este conocimiento hasta considerarme el más
indigno y peor de los hombres, sin dar entrada en mi corazón al más leve
pensamiento de soberbia. Y haced, glorioso santo, que sobre este
precioso cimiento de la virtud fabrique yo, con el ejercicio de las
demás, un perfecto edificio de santidad, arrancando de mi corazón todos
los vicios y poniendo en orden y sujección todas mis pasiones. Poderoso
sois, santo mío, y aunque yo, indigno de que oigáis mis súplicas, poned
los ojos en los méritos de vuestro primo Jesús y de vuestra tía María
Santísima. Y, pues esta mi principal súplica es agradable a sus ojos y a
los vuestros, alcanzádmela, glorioso santo, para que con ella logre yo
una perfecta y santa vida, y una feliz y dichosa muerte. Y concededme
también el favor que os pido en esta novena, si hubiese de ser para
mayor servicio de Dios y honra vuestra. Amén.
Alfombra floral por san Juan, el 21 de junio de 2008
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