Novena san Juan de Louredo 2021 (6)

Novena san Juan de Louredo 2021 (6)

En el Nombre del Padre...

Oración inicial para todos los días

Gloriosísimo san Juan bautista, precursor de mi Señor Jesucristo, lucero hermoso del mejor Sol, trompeta del Cielo, voz del Verbo eterno, pues sois el mayor de los santos y alférez del Rey de la Gloria, más hijo de la gracia que de la naturaleza, y por todas razones príncipe poderosísimo en el Cielo, alcanzadme el favor que os pido en esta novena si fuere conveniente para mi salvación y, si no, una perfecta resignación, con una abundante gracia que, haciéndome amigo de Dios, me asegure las felicidades eternas de la Gloria. Amén.

Oración propia del día

Dulcísimo y elocuentísimo Juan, amado protector mío, que siendo voz que clama en el desierto disteis bien a conocer vuestra fortaleza invencible, predicando a los peñascos y a las selvas las verdades que no querían oír los hombres, porque ofende la luz a quien está hecho a vivir entre tinieblas. Y hacíais con vuestros clamores que lo insensible, con sus ecos, diese testimonio de su ceguedad y de vuestra constancia, por cuya razón os apellida el Crisóstomo voz de los apóstoles y silencio de los profetas. Suplícoos, santo mío, que por estas grandes excelencias me alcancéis la virtud de la fortaleza, para que echando de mí todos los vanos temores y flojedades, logre el triunfo de mis enemigos que me asegure el galardón de la Gloria y me concedáis el favor que os pido en esta novena, si me conviene. Amén.

Hacemos nuestras peticiones

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Oración final

Santísimo y humildísimo señor san Juan bautista, que siendo tanta vuestra santidad que ocupáis un lugar muy distinguido en la Gloria, y siendo tan grande que, como dice san Agustín: quien es mayor que vos no es hombre solo, sino Dios también, con todo eso dijisteis que no os convenía otra cosa que apocaros y disminuiros, y que siendo reputado por Mesías y Salvador del mundo negasteis, por vuestra humildad, aún el ser profeta, siendo más que profeta. Haced, santo mío, que yo conozca mi bajeza y que me humille con este conocimiento hasta considerarme el más indigno y peor de los hombres, sin dar entrada en mi corazón al más leve pensamiento de soberbia. Y haced, glorioso santo, que sobre este precioso cimiento de la virtud fabrique yo, con el ejercicio de las demás, un perfecto edificio de santidad, arrancando de mi corazón todos los vicios y poniendo en orden y sujección todas mis pasiones. Poderoso sois, santo mío, y aunque yo, indigno de que oigáis mis súplicas, poned los ojos en los méritos de vuestro primo Jesús y de vuestra tía María Santísima. Y, pues esta mi principal súplica es agradable a sus ojos y a los vuestros, alcanzádmela, glorioso santo, para que con ella logre yo una perfecta y santa vida, y una feliz y dichosa muerte. Y concededme también el favor que os pido en esta novena, si hubiese de ser para mayor servicio de Dios y honra vuestra. Amén.

Procesión de san Xoán polo Cazapedo e O Regueiro

Pasan vecinos y amigos por la plaza de O Cazapedo, el 27 de junio de 2009, donde vemos el balcón de la casa de don Pepe, "o veterinario", sencillamente engalanada con floridos geranios y las banderas. 

En la foto inferior, la procesión regresa a la iglesia y entra en O Regueiro, el 21 de junio de 2008, en el recto camino a la iglesia. ¿Veis por dónde se entra a Os Diestros, con esas columnas rectangulares, terminadas en sendas pirámides? En la de la izquierda pone "año de" (o solo "año"?) y "1923" en la derecha. Recuerdo del año del cierre en piedra. Y también es el año que lleva la campana grande de la iglesia.


Juan bautista en el evangelio de san Juan

Hoy vamos a tomar unos párrafos del artículo "Una voz que ve. El testimonio de Juan el Bautista", del profesor Enrique Sanz Giménez-Rico. Si haces clic en el título podrás leerlo completo. Aquí recogemos las primeras impresiones sobre Juan el bautista desde la perspectiva de Juan, el evangelista.

Podemos encontrar en el Antiguo Testamento diversas referencias, que hablan de la existencia del Consejo divino. Dios posee un Consejo, en el que participan serafines (Is 6), ángeles, profetas, hijos de Dios. ¿Qué es lo que hacen los miembros de dicho Consejo? Escuchar ante todo de boca de Dios cuál es su designio, cuál es su voluntad, cuáles son sus planes. 

El Nuevo Testamento menciona también la existencia del citado Consejo, del que forman parte, entre otros, los discípulos, que han estado presentes con Jesús y que han participado en los acontecimientos de su vida y muerte, y María, la sierva, quien entra a formar parte de él en el episodio de la anunciación. Juan el Bautista, último eslabón de la economía antigua y representante de Moisés y de todos los profetas, es igualmente miembro del Consejo divino.

Ha oído de boca de Dios una buena noticia, y la transmite con todo detalle en Jn 1. Su acción, transmitir lo escuchado a Dios, aparece expresada en este capítulo mediante el verbo testimoniar. Así pues, el precursor de Jesús da testimonio del Logos y en cuanto tal manifiesta su pertenencia al Consejo divino. 

Dos son los aspectos que incluye el testimonio de Juan el Bautista: que el Logos (la Palabra) es la luz; que el Logos es más que él, pues existía antes que él. Para Juan (Jn 1,1-18) el Logos no es sólo un ser divino; es también Dios. Está siempre con Dios. Es a la vez diálogo con los hombres: es la expresión de Dios que se vuelve a los hombres. El Logos da la vida y es luz para los hombres, luz que les conduce hasta la vida plena. Pues bien, el testimonio de Juan el Bautista subraya sobre todo que la luz ha triunfado sobre la tiniebla. Juan es el miembro del Consejo divino enviado por Dios para afirmar jurídicamente la victoria de la luz.

Por otra parte, Juan da testimonio de Jesús en estos términos: el que viene detrás de mí ha sido colocado por delante de mí, porque existía antes que yo (Jn 1,15). El Logos, la Palabra, Dios comunicándose desde el principio, ha venido al mundo, se ha hecho carne, se ha hecho debilidad. Dios se manifiesta en un hombre, Jesús, que ha venido a nosotros para vivir y caminar en la historia como y con nosotros. Tomando figura humana, la Palabra hace partícipes a los hombres de su propio ser y les revela lo que están llamados a ser en el proyecto de Dios. Es precisamente sobre este Logos encarnado sobre el que testimonia Juan el Bautista, afirmando que es más que él, que está por encima de él, que tiene un rasgo distinto y superior al del testigo Juan. Por eso, éste va a decir que no es digno de desatar la correa de las sandalias de Jesús (Jn 1,27). 

En resumen, dos son los primeros aspectos que caracterizan a Juan el Bautista, el mártir, el testigo de Jesús. A pesar de que no dice de sí en Jn 1,1-18 que es voz, y teniendo en cuenta el desarrollo que se hace en el apartado siguiente, lo consideramos como una voz que viene de y escucha a Dios, voz que transmite una buena noticia (la luz brilla para siempre). Es también voz de la Palabra, y, por tanto, es menos que ésta; a ella sirve y para ella vive.

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