Fiesta de la natividad de san Juan bautista 2020
Llegados al día de la fiesta y sin que nadie haya aportado más información, fotos o similares durate estos días de lo celebrado en Louredo, me despido con una curiosidad relacionada con el himno que aprendimos de pequeños. Un himno a san Juan compuesto por dos sacerdote, ahijados de don Esteban Viso Rodríguez, natural y párroco de nuestro pueblo, que se canta en toda fiesta y se cantaba (o canta) durante la novena. Tengo grabado un trozo y lo publiqué el año pasado, pero desconozco si alguien lo tiene completo. Conseguirlo sería un buen paso adelante en la labor de conocer, conservar y compartir nuestra memoria. Yo lo puse en letra y, gracias a eso, descubrí que un himno, a san José, era de similar factura en sus partes inicial y final.
Otra persona había hecho lo mismo: poner por escrito un himno a san José, en tierras burgalesas y, así, pude comparar ambos y preguntarle si tenía conocimiento del nuestro o el suyo grabado en audio. De momento, todas las investigaciones han dado resultado negativo. Al menos, dejo constancia de ello y os animo a que nos compartáis cualquier dato a mayores de estos pocos que poseo.
FELIZ SAN JUAN
La solemnidad recogida en la epacta 2019-2020
Ángelus dirigido por Benedicto XVI en 2007, el 24 de junio
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, 24 de junio, la liturgia nos invita a celebrar la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, cuya vida estuvo totalmente orientada a Cristo, como la de su madre, María. San Juan Bautista fue el precursor, la "voz" enviada a anunciar al Verbo encarnado. Por eso, conmemorar su nacimiento significa en realidad celebrar a Cristo, cumplimiento de las promesas de todos los profetas, entre los cuales el mayor fue el Bautista, llamado a "preparar el camino" delante del Mesías (cf. Mt 11, 9-10).
Todos los Evangelios comienzan la narración de la vida pública de Jesús con el relato de su bautismo en el río Jordán por obra de san Juan. San Lucas encuadra la entrada en escena del Bautista en un marco histórico solemne. También mi libro Jesús de Nazaret empieza con el bautismo de Jesús en el Jordán, acontecimiento que tuvo enorme resonancia en su tiempo.
De Jerusalén y de todas las partes de Judea la gente acudía para escuchar a Juan Bautista y para hacerse bautizar por él en el río, confesando sus pecados (cf. Mc 1, 5). La fama del profeta que bautizaba creció hasta el punto de que muchos se preguntaban si él era el Mesías. Pero él —subraya el evangelista— lo negó decididamente: "Yo no soy el Cristo" (Jn 1, 20). En cualquier caso, es el primer "testigo" de Jesús, habiendo recibido del cielo la indicación: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo" (Jn 1, 33). Esto aconteció precisamente cuando Jesús, después de recibir el bautismo, salió del agua: Juan vio bajar sobre él al Espíritu como una paloma. Fue entonces cuando "conoció" la plena realidad de Jesús de Nazaret, y comenzó a "manifestarlo a Israel" (Jn 1, 31), señalándolo como Hijo de Dios y redentor del hombre: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29).
Como auténtico profeta, Juan dio testimonio de la verdad sin componendas. Denunció las transgresiones de los mandamientos de Dios, incluso cuando los protagonistas eran los poderosos. Así, cuando acusó de adulterio a Herodes y Herodías, pagó con su vida, coronando con el martirio su servicio a Cristo, que es la verdad en persona.
Invoquemos su intercesión, junto con la de María
santísima, para que también en nuestros días la Iglesia se mantenga
siempre fiel a Cristo y testimonie con valentía su verdad y su amor a
todos.
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